dentro de la literatura

Dentro de la literatura, de Suso de Toro

Si finalmente acaba existiendo este libro que ahora empiezo será porque me lo encargó un amigo, será el primero que escriba obligado por la amistad. Porque tanta es la fuerza de la obligación con este amigo, tanto importan las deudas, que aquí estoy comenzando su escritura, aunque imagino, deseo y espero que sea breve, un librito.

No nos conocemos, lector, lectora, y en el curso de las páginas tampoco nos iremos conociendo, pero nos trataremos. Lo siento, pero es inevitable, porque la lectura, en el fondo, es diálogo, y en este caso pido la licencia para usar ese «tú» con el que acabo de dirigir-me a ti, pues lo que cuente aquí, por más que razone sobre un asunto general como es la literatura, al cabo, por tratarse de lo que diga un escritor, son cosas personales, y, ya que pienso contar cosas de mí, me parece justo y cómodo para ambos ese tuteo que te pido me concedas. Espero no resultar grosero.

Este amigo trabajó más de tres décadas como jefe del Departamento de Educación del Concello de Santiago, y un día y otro me insistió en que tenía que escribir un libro determinado, un libro personal dirigido a quien quisiese adentrarse en la literatura. Como no sé permanecer callado, no le permitía que me acabase de detallar ese encargo que tanto significaba para él y, siempre que me lo decía, me adelantaba a responder «ya sé, ya sé. Ya te entiendo. Que escriba un libro dirigiéndome a lectores explicando, animando e introduciendo en la literatura». Y él asentía como diciendo: «más o menos».

suso de toro
Cubierta

Llevábamos mucho tiempo él insistiendo en ese encargo y yo enredado en mil cosas de la vida hasta que, cuando acabé una novela y él me lo recordó perentoriamente, me quedé sin disculpas, así que me pongo a ello. Y es ahora cuando veo que, como nunca le dejé explicarse completamente, no tengo del todo claro qué debo escribir. Porque escribir un libro es emprender un viaje del que no conoces exactamente ni las cosas que te pueden ocurrir por el camino ni tampoco cuál es el destino al que se llega. Así pues, no sé quién va a ser el lector natural de lo que resulte, pero no pienso preguntárselo ahora tampoco. De todos modos, aunque su trabajo fue en el campo de la educación, no me engaño, yo no soy joven y uno sólo sabe hablar cabalmente con la gente de su edad.

(Por favor, si eres joven no hagas caso de esos señores o señoras mayores que dicen que por dentro siguen siendo jóvenes, no les creas. Se vive de distinto modo en cada época de la vida. Esto no se debiera tener que recordar, pero vivimos una época en que mucha gente se cree las ñoñerías que les convienen y las va contando por ahí. O peor, puede que quieran algo de ti que te ocultan; yo que tú desconfiaría.)

Un primer problema antes de empezar: ¿Quién lee? ¿Quién está leyendo? ¿Eres lector o lectora? No lo puedo saber, y aquí voy a pedir otra vez licencia porque no podré escribir todo el libro refiriéndome a lector, lectora. Pido permiso para referirme siempre a ti, lector, aunque estadísticamente es más probable que seas lectora. Soy consciente de que el lenguaje encierra la memoria de la larga historia de dominación de los hombres sobre las mujeres, y de que las lenguas latinas, concretamente, manejan dos terminaciones de género para personalizar, pero no puedo pretender compensar aquí esa injusticia histórica sin resultar pesado; es decir, sin incomunicar.

Y tengo bastantes dudas importantes: ¿Debo escribir este librito para aprendices de escritor? (Nadie se ofenda por la palabra aprendiz, pues el de escritor es un oficio humilde antes que nada y todo hay que aprender-lo), ¿o debo escribir para cualquier persona que, en un momento de su vida, como por ejemplo en la etapa de los estudios obligatorios, va a tropezar con textos literarios?, ¿o debo pensar en un lector ya adulto que siempre disfrutó de la literatura pero al que ahora le gustaría acercarse a una interpretación personal, y también global?, ¿y debo trazar una guía explicativa de los distintos tipos de estilos literarios o hacer algo más íntimo y personal?

No sé contestar a esas preguntas en estos momentos. Cuando escribo esto no sé lo que me va a salir. Aunque también, a esta altura de la vida y tras bastantes libros, sé que si consigo llegar al final para entonces ya habré contestado esas preguntas. Aunque este librito no será ficción, espero, trata de literatura y esta es un camino en el que uno siempre va encontrando cosas y donde no importa tanto que no halle respuestas a todas las preguntas.

Además, aunque al empezar un camino uno no sabe con certeza dónde va a acabar, también es cierto que si me puse a escribir este prólogo es porque previamente fui haciendo unos apuntes con asuntos e ideas para tratar. No tengo un mapa completo del libro —a lo mejor debiera—, pero sé que hay ciertos asuntos de los que quiero escribir. Pido, pues, un poco de confianza, una pequeña apuesta.

Como uno se puede dar cuenta, al explicar que nace del encargo de un amigo estoy diciendo que todo lo que estos días escriba aquí será desde los afectos. Los afectos a la literatura y a cualquier otra cosa a la que me refiera. Y ahora sí, va el discurso.

(Pero conviene recordar que todo lo que se escribe sobre literatura es también una narración y con las narraciones uno nunca sabe… A ver lo que ocurre.)

*Prólogo de Suso de Toro a su libro Dentro de la literatura (Alianza Editorial, 2022)