Diego Vasallo, la posteridad para más tarde

Diego Vasallo, la posteridad para más tarde (2023, 64 minutos, dirección: Beatriz Echeverría), es un documental que nos permite entrar en la intimidad del proceso creativo de este artista multidisciplinar. Aunque su faceta más conocida es la musical, fue miembro del exitoso grupo donostiarra Duncan Dhu, Vasallo lleva años cultivando otras artes como la pintura, el cómic o la poesía.

El documental busca hacer un retrato de Vasallo en su amplia faceta artística haciendo visible una gran personalidad artística siempre abierta a la posibilidad de crear a través de distintos formatos. La historia de la música está llena de artistas que han combinado la faceta musical con la pictórica, es el caso de Bowie, Kim Gordon, Paul McCarney o el mismísimo Dylan, aquí, en nuestra geografía más cercana, contamos con el ejemplo de Aute o Sabina. En ese sentido, Diego Vasallo se une a esta lista de músicos que combinan ambas facetas sin miedo al juicio ni a ser considerados intrusos en una disciplina artística aparentemente tan distinta a la musical. 

Diego Vasallo, en un acto de generosidad, nos abre las puertas de su casa y de su estudio de pintura y gracias a ello podemos seguirle los pasos en su día a día como artista, ya sea delante del lienzo o creando canciones. Aprovechando y siendo consciente de esta oportunidad que nos brindó, la cámara ha grabado momentos poco conocidos para el espectador y que muestran los entresijos y la cara B del proceso creativo de Diego desde el inicio, partiendo del papel en blanco o cuando los acordes y versos no están escritos. Todo ello adquiere un plus de interés sabiendo que se trata de un proceso autodidacta que nace de un ávido y genuino interés por el arte, ajeno a la rigidez de los planes de estudios creativos.

El documental, aunque cuenta con el testimonio de personas de su círculo más próximo como Mikel Erentxun, Juanra Viles, Jesús Mª Cormán, Fernando del Val, los miembros del grupo Amateur, Javier Escorzo, Harkaitz Cano o Joserra Senperena, se centra casi de forma exclusiva y deliberada en su testimonio, buceando así en sus reflexiones que adquieren un carácter sincero, íntimo y revelador.

La película cuenta casi en su totalidad —a excepción de algún videoclip y fotos inéditas de Pemán y Escorzo— con imágenes inéditas grabadas ex profeso para el documental. Aparcamos el material de archivo con la firme intención de centrarnos en el presente y contar el momento creativo actual que vive Diego, procurando huir de nostalgias y confiando en que lo mejor está siempre por llegar.

El documental, empieza a gestarse paralelamente a la publicación del disco Caemos como cae un ángel y coincide, en su fase final, con la grabación de lo que será su próximo disco Ni malo ni bueno; eso ha sido una fortuna porque hemos podido introducir la cámara en el estudio del músico donostiarra Fer García —guitarra de la banda en directo de Diego Vasallo— Green Farm Recordings situado en el montañoso pueblo guipuzcoano de Bidania, donde ha grabado las cinco canciones,en palabras de Diego “largas, densas y sinuosas”, de lo que será su próximo Ep que verá la luz en el próximo mes de octubre.

El documental -de 64 minutos de duración- fue seleccionado para su participación en la II Muestra de cine documental de Gijón el pasado mes de agosto. Ojalá superemos la ardua tarea de la distribución a la que se enfrenta un proyecto autoeditado y que nace desde lo pequeño, y podamos presentarlo en diferentes salas.

*Beatriz Echeverría es Doctora en Psicología, Aprendizaje y salud. Ha dirigido los documentales Sonido Pamplona y Emotio. Al frente del espacio cultural online Escena 42.