pumuky banda música
Pumuky (Jaír y Noé Ramírez) - © Foto Zhana Yordanova

Pumuky: geografías oníricas del sonido.

«En sentido contrario conduciendo, acelerando hasta deformar el tiempo»

Pumuky es un proyecto musical iniciado en 2003 por Jaír Ramírez, en Icod de los Vinos, Tenerife (Islas Canarias). Su trayectoria no ha sido nada fácil y tras varios cambios en su formación, la banda actualmente la componen los fundadores y hermanos Jaír y Noé.

Siempre que tratas de explicar a alguien a qué suena Pumuky confirmas eso de que el lenguaje es del todo insuficiente para describir algunas cosas. Pues estamos ante una rara avis tan excepcional que apenas podemos esbozar una mínima parte de la superficie. Hay que escucharlos. Sumergirse en la densidad existencial que producen sus atmósferas oníricas y sus paisajes de melancolía desatada sin paliativos.

Sin lugar a dudas estamos ante unos de los grupos más interesantes y singulares del panorama musical nacional. Sus letras nos hablan de filosofía, física, poesía, matemáticas, geografía, exploradores perdidos o leyendas. Un delicado despliegue de imaginación adictiva que inaugura sensaciones nuevas.

Artefactos sonoros construidos desde la extrañeza para un mundo rematadamente extraño.

Estos meses los melómanos estamos de suerte con su esperado regreso. Con Realidades aumentadas (Jabalina Música & Keroxen 2020), un sencillo publicado durante el mes de marzo que formará parte de su quinto LP, vuelven a demostrar que no tienen techo creativo ni nada que se le parezca.  

Hemos hablado con Jaír Ramírez sobre música, proyectos, vida y otras inquietudes.

Lean y afinen sus oídos.

En Realidades Aumentadas decís: «En mi cabeza ya nada separa lo real de lo que imagino. Estoy sentado aquí y a la vez en otro sitio. En sentido contrario conduciendo, acelerando hasta deformar el tiempo». ¿Puede la música funcionar como exilio interior ‘terapéutico’ para alguien que está sufriendo serias dificultades cotidianas?

No conozco mejor truco de escapismo de la realidad, no siempre amistosa con uno, que la música; y sin efectos secundarios perjudiciales. Amansa las fieras, también las del interior. Orfeo era un buen terapeuta.

Escribe el filósofo Ignacio Castro Rey: «La imaginación es otra tecnología que los humanos tenemos incardinada en el cuerpo». Está claro que Pumuky no hubiese sido posible sin altas dosis de imaginación. ¿De qué nos salva la imaginación?

Puedes usarla como un campo de pruebas donde poder tomar cualquier decisión, tantear las consecuencias, pausar, deshacer lo ejecutado… o por pura evasión.

Si recuperáramos un poco del tiempo que perdemos haciendo scroll autómata en la pantalla del teléfono y lo dedicáramos a dejarnos llevar por estados contemplativos, donde ir desenredando nuestras neurosis, nos iría mejor. Me lo digo a mi el primero.

Escuchar vuestra música tiene algo de inmersión onírica y de viaje a geografías adictivas. ¿Qué inspira las canciones de Pumuky?

La inspiración no es algo tan fácil de acotar, de saber de donde proviene. Suelo imaginarlo como un caldo de cultivo que contiene trazas de todo lo que vas leyendo, de los discos y películas que consumes, de las experiencias con otras personas o animales, de conversaciones de aquí y allá sin orden ni concierto, o del caos de tu subconsciente salvaje. De ahí un día de repente surge una idea, una melodía, que moldeas hasta convertirla en una canción…

No conozco mejor truco de escapismo de la realidad, no siempre amistosa con uno, que la música; y sin efectos secundarios perjudiciales… Orfeo era un buen terapeuta.

Afirma el filósofo y sociólogo alemán Hartmut Rosa: «En nuestra sociedad moderna solo puede hallarse la estabilización en la velocidad y la innovación. No es que seamos avariciosos y que siempre queramos más, el hecho es que tenemos que correr más rápido para permanecer en el mismo punto en el que estamos». Observando un poco como aumentan los niveles de frustración general y el malestar social ante la aceleración constante que nos autoimponemos lo cierto es que la velocidad a ultranza no parece ser ningún tipo de panacea. ¿No estará sobrevalorado ese imperativo de pasarnos la vida tratando de correr para no perder ningún tren?

Queramos o no, todos somos parte del engranaje de un sistema (al que llamaron capitalismo) que es como un niño torpe que si deja de pedalear se cae al suelo. Lo frustrante es que no se vislumbran cambios cercanos hacia otros modelos económicos más sostenibles con las personas, los animales, el medio ambiente, y todos estamos ya muy, muy cansados de pedalear.

Como diría un colega de Hartmut Rosa, nos auto-explotamos pensando que nos estamos realizando (Byung-Chul Han).

¿Cómo está siendo el proceso de creación-grabación de vuestro próximo LP?

Lento, pero avanza, que es lo importante para nosotros. Me suelo levantar a las 6 de la mañana, cuando todos en casa aún duermen, y en un estado semiconsciente me pongo a hacer ruido con mis cacharros, o a escribir algunas frases sueltas, mientras me tomo mi primer café y va amaneciendo fuera. Un poco más tarde me marcho al trabajo que me da de comer a pasar gran parte del día, y al regresar a casa atiendo mis responsabilidades familiares, entre ellas jugar con una personita de 18 meses. Ya tarde en la noche, cuando regresa el silencio alrededor, me vuelvo al estudio a escuchar lo que he hecho durante el amanecer, y sigo avanzando un poco más hasta que me derrota el sueño. Muchas veces en la cama, antes de dejarme dormir, termino de hilar alguna última idea, o resuelvo algún problema de edición musical, que con suerte recordaré a la mañana siguiente. Mi hermano Noé, en otra isla del archipiélago canario, tiene sus propios procesos creativos, y nos vamos compartiendo nuestros avances por internet de vez en cuando.

Es un proceso al que le dedico mucha reflexión, entonces aunque no logre ir al ritmo al que van otros, estoy contento con los pasos que voy afianzando. Cada vez disfruto más de la producción musical, un campo donde siempre estás aprendiendo.

A lo largo del año nos gustaría enseñar algunas canciones más, como hicimos con “Realidades aumentadas”, hasta que finalmente demos por finalizado el 5º LP de Pumuky; o más bien por abandonado, nunca tengo la sensación de dar un disco por acabado…

¿Cuáles son vuestras influencias más decisivas?

Pienso que algo que te influye mucho en tu vida adulta, y en lo que terminas haciendo, o siendo, es la infancia que has tenido. No lo sabes, pero de adulto buscas lo que no encontraste de niño. Tenemos una canción titulada “Plus ultra” donde salen unos vencejos dementes sorteando torres de luz, aprovechando una corriente de aire caliente para alzarse libremente, antes de caer en picado… algún día pretendo ser uno de esos vencejos.

Pienso que algo que te influye mucho en tu vida adulta, y en lo que terminas haciendo, o siendo, es la infancia que has tenido. No lo sabes, pero de adulto buscas lo que no encontraste de niño.

Escribe el pianista y compositor Agustí Fernández: «Las grabaciones están muy bien, pero no son música. La música es otra cosa. La música es lo que pasa aquí y ahora cuando los músicos tocamos y vosotros escucháis». ¿Qué os parece esa reflexión?

Prefiero no ponerle límites a la cosas, o acotarlas. Bastante encorsetadas ya tenemos nuestras cabezas, o la sociedad, y cada día más.

La experiencia sensorial de asistir a un espectáculo en vivo, donde hasta puedes sentir las bajas frecuencias haciendo vibrar partes de tu cuerpo, puede ser sublime… pero escuchar un disco en tus auriculares baratos, en el transporte público de camino a tu trabajo, te puede salvar la vida.

Personalmente no suelo disfrutar demasiado tocando en directo ante un público; no siempre me compensa lo mal que lo paso por tener que exponerme en un escenario, y muchas veces lo evito. Me siento más compositor, o productor musical, que interprete. Prefiero entregarte mi música en una “cápsula” (no sabemos por dónde seguirá evolucionando el formato), y si en algún momento te sirve para algo lo celebraré.

La experiencia sensorial de asistir a un espectáculo en vivo, donde hasta puedes sentir las bajas frecuencias haciendo vibrar partes de tu cuerpo, puede ser sublime… pero escuchar un disco en tus auriculares baratos, en el transporte público de camino a tu trabajo, te puede salvar la vida.

pumuky banda
Pumuky © Juan Mare

Vivimos bajo una tiranía de lo novedoso en la que no adaptarse a esos patrones parece una desventaja. Sin embargo, comprobamos como esas novedades son relegadas rápidamente al ostracismo con la misma velocidad de la que previamente se alimentaron. Un bucle dañino en el que todo parece viejo antes de que realmente lo sea. Sois un grupo que funciona de una manera muy distinta a la corrientes de moda. Tanto vuestra música como vuestro frecuencia de lanzamientos no se ajustan en absoluto a ese enloquecido plan y tal vez esa sea otra de las muchas razones por las que vuestras canciones son tan duraderas en el tiempo para el que la escucha. ¿Cuál es vuestro plan?

Un tirano que nos tiene atados a las sillas de su buffet, obligándonos a tragar un torrente inacabable de platos, que pueden ser deliciosos, pero que finalmente sólo nos provocará naúseas. Creo que todos vamos necesitando una dieta de datos para no terminar ahogándonos en nuestro propio vómito. O al menos ser cada vez más conscientes de la alta exposición de información y estímulos a la que somos sometidos y buscar momentos de escapismo donde desconectar de todo.

¿Cuál es nuestro plan? Pues en estos momentos me atrevería a decir que ni idea, ya iremos viendo…

Cada músico va escogiendo el rol que la música terminará ocupando en su vida. Se pueden transitar muchos caminos, para mí son todos respetables…

En mi caso grabar discos es algo que hago principalmente porque es una de las mejores formas que he encontrado para expresarme, porque me divierte, porque desde muy joven ha sido mi terapia, y porque me permite vivir experiencias que de otra manera quizás no viviría… 

Lo que sí tengo claro es que seguir el ritmo de la industria, o perseguir las tendencias en busca de más oportunidades, pues es algo que no me apetece hacer. Tengo asumido desde hace mucho tiempo que quizás no tengo el talento, o no he sido lo suficientemente valiente, o me faltan otro tipo de habilidades, para vivir de la música. También podría llegar un golpe de suerte, pero no me voy a sentar a esperarlo porque es algo bastante improbable que ocurra. ¿Me gustaría vivir de mi música? Sí, por qué no… principalmente porque tendría mucho más tiempo para desarrollar ideas, para ser mejor músico. Y el tener que compaginar la música con otros trabajos prácticamente te condena a ser casi un amateur… aunque tú intentes ser lo más profesional posible con tu trabajo (algún que otro músico incluso te considerará un intruso). Pero claro, rozando el amateurismo difícilmente conseguirás vivir de la música… es un círculo perverso.

Lo tragicómico es que hoy día nada te puede garantizar vivir de la música, aún siendo talentoso y matándote a trabajar. Entonces como es algo que no puedo controlar, me centro principalmente en lo que para mí es lo más importante (que esto es personal e intransferible). En mi caso grabar discos es algo que hago principalmente porque es una de las mejores formas que he encontrado para expresarme, porque me divierte, porque desde muy joven ha sido mi terapia, y porque me permite vivir experiencias que de otra manera quizás no viviría… he conocido personas increíbles y muchos lugares distintos del mundo gracias a la música. Todo lo anterior es algo que valoro mucho; me compensa los momentos malos, que también los hay. Quizás gracias a este enfoque llevo escribiendo música desde hace más de 20 años. Y si un día llega un golpe de suerte, pues bienvenido sea.

Los medios de comunicación insisten en tratar a la música como un objeto de consumo más. ¿Cuál es el precio a pagar de una banda que no acata esa machacona mercantilización?

La chapa anterior también tendría relación con esto. La relación entre mercado y arte es un tema bastante complejo y tampoco me considero un experto ni pretendo encontrar verdades absolutas. Como decía antes… que cada músico elija el rol que quiere que la música termine ocupando en la su vida.

Sería hipócrita negar una evidencia… desde el mismo momento en el que publicas un disco y lo pones a la venta, u ofreces un espectáculo en vivo a cambio de contraprestaciones, te has introducido en el mercado, eres un objeto de consumo.

Pero de nuevo aquí hay muchas variables posibles, y cada músico tendrá que encontrar un equilibrio donde se sienta cómodo; un punto en el que pueda ver compensadas sus aspiraciones artísticas (si es que las tiene), sus aspiraciones económicas (si es que las tienes), o aspiraciones de otra índole.

Yo sólo me considero un superviviente en la industria.

El grado de sometimiento al mercado pues ya lo eliges tú, asumiendo sus pros y sus contras. Todos comemos; me parece totalmente lícito que haya artistas que elijan perseguir sin complejos una fórmula que les permita acercarse al éxito, incluso dejando a un lado sus aspiraciones artísticas. Personalmente a mi eso no me compensaría, prefiero estar en mi curro de (X). Otros artistas, haciendo exactamente lo que les da la gana, también consiguen vivir de su música. Aquí no hay reglas claras, esto no son matemáticas… yo sólo me considero un superviviente en la industria.

La irrupción de la pandemia nos presenta un escenario incierto que permea en casi todos los ámbitos de la vida. ¿Nos cambiará en algo el covid-19?

Respetando todo el dolor que está causando la pandemia, que no es deseable bajo ningún concepto y que esperemos que se solucione pronto, ojalá este momento nos empuje a cambiar un poco nuestras prioridades. Bajemos el ritmo al mundo.

Queramos o no, todos somos parte del engranaje de un sistema (al que llamaron capitalismo) que es como un niño torpe que si deja de pedalear se cae al suelo. Lo frustrante es que no se vislumbran cambios cercanos hacia otros modelos económicos más sostenibles con las personas, los animales, el medio ambiente, y todos estamos ya muy, muy cansados de pedalear.

Terminamos con nuestro clásico de recomendaciones. Tres libros, tres discos o canciones y tres películas.

Esto de las recomendaciones puede ser un pozo sin fondo 😉

Contestaré sujeto a una variable: que hayan intervenido de alguna manera, directa o indirectamente, en las canciones que estamos haciendo justo en este momento. Así que no le busquéis demasiada lógica a la selección:

Libros:

El sueño dorado – Castillo Interior (Varios / Los 80 pasan factura)

Neuromante (William Gibson)

La Carretera (Cormac McCarthy)

Canciones:

Organ Eternal / These New Puritans (Field of Reeds)

The Path of the Wind / Joe Hisaishi (My Neighbor Totoro)

Conta / Alessandro Cortini (Forse 3)

Películas:

The Ballad Of Genesis And Lady Jaye (Marie Losier)

Joker (Todd Phillips)

Pompoko (Isao Takahata)