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Nina Simone, canciones y lucha.

Confesaba Nina Simone en “Víctima de mi hechizo – Memorias de Nina Simone –“ (Libros del Kultrum) que cuando le embargaba la tristeza James Baldwin le consolaba repitiéndole una y otra vez: “Nina, este es el mundo que tú misma te has creado; ahora tienes que vivir en él”.

El mundo que hemos creado parece que no ha mejorado mucho desde que Nina Simone lo dejó hace ya más de 17 años. Con la muerte de George Floyd el pasado 25 de mayo a manos de la policía de Mineápolis se han reavivado las protestas por los casos de violencia institucional frente a personas negras en EEUU, cobrando más fuerza que nunca gracias al poder de propagación de las redes sociales como ha ocurrido con el grito del movimiento ‘Black Lives Matter‘, fundado en 2013 en respuesta a la absolución del asesino de Trayvon Martin.

Nina, este es el mundo que tú misma te has creado; ahora tienes que vivir en él.

James Baldwin

La desigualdad racial y la violencia institucional no han dejado de ser un problema pese a las protestas históricas y las conquistas legislativas alcanzadas con la aprobación en 1964 de la Ley de Derechos Civiles para prohibir la segregación racial y un año más tarde con la Ley de Derecho a Voto que acabaría con las prácticas discriminatorias en el derecho a sufragio de los afroamericanos. La primitiva cara del racismo persiste adoptando variadas y abyectas conductas por todo el mundo y en su momento Nina Simone lo confrontaría de la mejor manera que sabía hacerlo, con su música.

Puede que una de las primeras ocasiones en que la pequeña Nina desafiara la segregación racial fuese aquel día que tocó en público por primera vez. Según narra la propia Simone tenía 11 años y cuando al alzar la vista del piano observó que estaban expulsando de la primera fila a sus padres para ubicar en su lugar a una familia blanca, sin dudarlo detuvo el concierto y se colocó de pie afirmando que si querían que continuara tocando, sus padres debían volver a sus asientos. El concierto no se detuvo.

Eunice K. Waymon, la niña prodigio cuya meta era convertirse en la primera mujer pianista clásica negra de EEUU transmutó en Nina Simone la noche en que los carteles de un club de Atlantic city avisaban de su actuación. De este modo evitaría que su madre se enterara de que había decidido tocar canciones “mundanas” (apelativo usado por su madre para todo lo que no fuera música religiosa) como medio para continuar sufragando su formación musical.

Nina se mudó a Nueva York a finales de 1958 creándose rápidamente una reputación en los locales relativamente interraciales del Greenwich Village con su virtuosa e inclasificable forma de interpretar. El Village Gate se convirtió en epicentro de un barrio donde borboteaba la contracultura de los 60. Allí acudían personas con inquietudes artísticas y políticas de todos los colores que se mezclaban como una buena canción de jazz. Músicos como John Coltrane o Art Pepper con poetas y escritores como Langston Hughes, Jimmy Baldwin o Lorraine Hansberry que pronto se convertirían en sus amigos.

Tras el nacimiento de su hija Lisa en 1962, Simone reconoce que comenzaría a preocuparse más por los avances dentro del movimiento de los derechos civiles, prestando más atención a las conversaciones que tenían lugar en el Blue Note con Baldwin entre otros.

Pero quien realmente inició la educación política de Nina logrando que se involucrara con mucha más fuerza fue Lorraine Hansberry, una escritora y activista que participó en la lucha por la igualdad y que se convertiría en la primera de los escritores negros en alcanzar un gran éxito en Broadway con su obra ‘Un lunar en el sol’ inspirada en la pugna legal acometida por su familia contra las leyes de segregación racial.

Lamentablemente en 1965 Lorraine murió con solo 34 años debido a un cáncer. El título de su obra póstuma inacabada “To be young Gifted and black” serviría a Nina para darle nombre a una canción en su memoria que se publicaría 5 años más tarde y que sería considerada un himno del movimiento por los Derechos Civiles.

CANCIONES CONVERTIDAS EN HIMNOS POR LOS DERECHOS CIVILES

Simone reconoce que el movimiento le hizo sentir respeto por sí misma. Dejándose guiar durante los 7 años siguientes por la lucha en defensa de los derechos civiles y por la esperanza de una revolución negra.

Con el tiempo la artista fue recrudeciéndose. Como ella misma confiesa en sus memorias, idolatraba al Dr. King por su bondad y compasión sin embargo, por mucho que le atrayese la idea de un mundo unido serían las ideas de Malcom X las que con más nitidez parecían encarnar su desconfianza hacia la América blanca. En una anécdota narrada por Al Shackman, su guitarrista inseparable, cuenta que cuando le presentaron a King, Nina extendió la mano y le dijo “No soy no-violenta” a lo que el Dr. King le respondió “No te preocupes hermana”.

MISSISSIPPI GODDAM (1964)

Alabama me tiene muy disgustada,

Tennessee me ha quitado el sueño 

y todo el mundo sabe

lo del maldito Mississippi

El 15/09/1963, en Birmingham (Alabama) – apenas 3 meses después del asesinato del activista de derechos civiles Medgar Evers -, murieron 4 niñas en un atentado del KKK en una iglesia baptista. Nina relata que en aquel momento se dió cuenta de lo que significaba ser negro en EEUU. Llena de rabia al escuchar la noticia en la radio quiso salir a la calle a matar a alguien, sin embargo, se sentó al piano y una hora más tarde salió con las partituras de “Mississippi Goddam”.

Nina afirma que era su primera canción sobre los derechos civiles y que le surgió de las entrañas. En ese momento supo que se dedicaría a la lucha por la justicia, por la libertad y la igualdad.

La canción fue vetada en el sur alegando blasfemia por el uso de la palabra ‘Goddam’ (que por su referencia a una maldición de dios podía considerarse blasfemia). En algunos estados modificaron el texto en la funda del disco lanzándolo con el título Mississippi #****#!

BLACKLASH BLUES (1967)

Pero el mundo es grande 

grande y brillante y redondo 

Y está lleno de gente como yo 

que son negros, amarillos, beige y marrones

Con esta adaptación del poema de su amigo Langston Hugues, Simone apela a toda la comunidad afroamericana para crear un frente unido por la igualdad real, con la aspiración común de conquistar los derechos civiles para todos los ciudadanos.

WHY/THE KING OF LOVE IS DEAD (1968)

Amigos, mejor que se detengan y piensen

todo el mundo sabe que estamos al borde

¿Qué pasará ahora que el rey está muerto?

El 4 de abril de 1968 Martin Luther King fue asesinado en Memphis. La artista entonces se encontraba en Westbury para dar un concierto tan solo 3 días después. Aquel 7 de abril estrenó “Why/The King of Love is Dead” una canción en memoria de Martin escrita por su bajista y que apenas pudieron ensayar pero que estrenarían aquella noche para rendirle homenaje. ‘Hemos perdido a muchos de ellos en los últimos dos años, pero nos queda Monk, Miles...’, se lamentaba Simone dirigiéndose al público durante aquella conmovedora interpretación que duró cerca de 15 minutos.

Nina la recordaría como una de las mejores noches de su vida. Centrada en el amor y en la muda desesperación que sentían todos por su pérdida.

TO BE YOUNG GIFTED AND BLACK (1970)

“En todo el mundo hay billones de niños y niñas/ que son jóvenes, dotados y negros. Es un hecho (…) Debemos empezar a decir a nuestros jóvenes/ que hay un mundo esperándoles/ Es una misión que acaba de comenzar”.

El 18 de febrero de 1972 Simone se la cantó a un grupo de niños en la famosa serie infantil de televisión Barrio Sésamo. La canción es un homenaje a su amiga Lorraine Hansberry adoptando el título de su obra póstuma inacabada con letra de Weldon Irvine y se convirtió en un himno de la lucha por los derechos civiles.

Nina Simone murió en abril de 2003 en el sureste de Francia a los 70 años. Sus cenizas fueron esparcidas en varios países africanos… una verdadera declaración de intenciones.

Como decía Paul Robeson, conocido como Big Paul “Haz que ellos canten tu canción y ellos sabrán quién eres”. Nina Simone tuvo una vida de luces y sombras y en esa batalla consigo misma parece que encontró cierto equilibrio luchando por los derechos civiles. Una etapa que Nina rememora como años de alegría que, pese a su dureza, le provocaron una felicidad que poca gente puede experimentar.

Las memorias no son solo el relato de las experiencias vitales de quienes las escriben sino también los recuerdos que sus protagonistas deciden que conservemos de ellos. Parafraseando al crítico musical Dave Marsh, si fuera necesario endosarle alguna etiqueta reduccionista a esta inclasificable mujer sin duda la mejor opción sería la de ‘freedom singer‘.

Original del artículo escrito para Bamba Mag